Salmos
119:57-64 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Siempre
hay una nueva oportunidad en Dios. Ps. Víctor López.
¿Ha escuchado la canción “Mi
Todo” de Hillsong? Es una bonita alabanza que declara la divinidad de Jesús y
su preeminencia (privilegio) sobre toda cosa en este mundo. Es indudable que
conocemos a Jesús en muchos sentidos, pero a veces olvidamos que sabemos esto.
Las dificultades de la vida y nuestra propia naturaleza pecaminosa nos
envuelven de tal modo que Dios deja de tener su lugar en nuestra vida.
Hoy, cada uno de nosotros
podemos tomar al Señor como nuestra porción, nuestra pasión, nuestro baluarte,
donde nada menos que Él nos podrá satisfacer. Así como el salmista, uno debe de
considerar sus caminos, auto-evaluarse
en su relación con Dios y donde haya un desvió, retomar el camino por medio de Su
palabra. Sus testimonios son lo que da sentido a nuestra vida, dirigen con propósito
y nos lleva a la perfección, que es Su santidad.
No se sienta mal por
sentirse preocupado o trise, y que esto lo haya desviado de Dios, es válido
sentirse así, pues nos da conciencia de nuestra situación y de los débiles que
llegamos a ser. Sin embargo, no se quede ahí, sino volteé a Cristo, la
oportunidad que se nos da de renovarnos en Él. No hay preocupación o tristeza que
pueda prevalecer en la mente de aquellos que meditan en Cristo, ya que su
consuelo supera nuestras aflicciones para gloria de Dios Padre (1 Corintios
1:5).
Así como el salmista, levántese
en Cristo, de mañana, en la tarde y hasta en medianoche, alabe al Señor por Su
Palabra que nos renueva, sus promesas que nos fortalecen y sus mandamientos que
nos guían. Alabemos a Dios por sus justos juicios y más aún por aquel juicio
que hizo por usted y por mí en Cristo en la cruz del calvario.