L.C.P. y M.I. Víctor Manuel López Barrón

Con 30 años de edad, y casi 10 de haber sido encontrado, Dios me ha llevado por varias experiencias que han transformado mi vida para Su gloria, donde hasta hoy se resume en lo siguiente: Sigo aprendiendo.

jueves, 18 de julio de 2019

Perseverar en la verdad de su Palabra


Considera mi aflicción, y líbrame, pues no me he olvidado de tu ley. Defiende mi causa, rescátame; dame vida conforme a tu promesa. La salvación está lejos de los impíos, porque ellos no buscan tus decretos. Grande es, Señor, tu compasión; dame vida conforme a tus juicios. Muchos son mis adversarios y mis perseguidores, pero yo no me aparto de tus estatutos. Miro a esos renegados y me dan náuseas, porque no cumplen tus palabras. Mira, Señor, cuánto amo tus preceptos; conforme a tu gran amor, dame vida. La suma de tus palabras es la verdad; tus rectos juicios permanecen para siempre.
Salmos 119:153-160 (NVI)

Perseverar en la verdad de su Palabra. Ptr Víctor López.



Una de las características de Dios es su veracidad. Él en sí personifica perfectamente a la verdad. Por ello, Su palabra no puede mentir. No hay hombre o mujer en la tierra que no ocupe de la verdad, dependiendo de la guía y ayuda que esta siempre da.

Mientras más te sostengas a la palabra de Dios, como tu regla y apoyo, más seguridad tendrás en libertad. Cristo es el abogado de su pueblo, él es el redentor. La obra de Jesús da nueva vida por su Espíritu y su gracia, aun cuando estábamos muertos en delitos y pecados, la verdad de su palabra nos reavivo junto a Él. Esto es la gran obra redentora de Jesús, y proveyendo de Su palabra es digna de confianza.

Al entrar en la comunión en la verdad de Dios, nuestra identidad como hijos de Dios nos aparta de la comunión con el mundo y su manera de pensar y actuar. Jesús bien dijo que ya no somos de este mundo en el momento en que recibimos su Palabra (Juan 17:14-17). A pesar de no ser de este mundo, seguimos en la convivencia y la única forma de perseverar en santidad, es a través de la Palabra de Dios.

Esta obediencia complace a Dios, y a nosotros, únicamente cuando proviene de un genuino amor por él. Todo aquel que recibe, en cualquier edad, la palabra de Dios con fe y amor encontrará que es fiel todo lo que dice en ella. Anímate a perseverar en la verdad de Su Palabra.

jueves, 11 de julio de 2019

Un corazón 24/7 para Jesús


Con todo el corazón clamo a ti, Señor; respóndeme, y obedeceré tus decretos. A ti clamo: «¡Sálvame!» Quiero cumplir tus estatutos. Muy de mañana me levanto a pedir ayuda; en tus palabras he puesto mi esperanza. En toda la noche no pego los ojos, para meditar en tu promesa. Conforme a tu gran amor, escucha mi voz; conforme a tus juicios, Señor, dame vida. Ya se acercan mis crueles perseguidores, pero andan muy lejos de tu ley. Tú, Señor, también estás cerca, y todos tus mandamientos son verdad. Desde hace mucho conozco tus estatutos, los cuales estableciste para siempre.
Salmos 119:145-152 (NVI)


Un corazón 24/7 para Jesús. Ptr. Víctor López.

Hubo cierta etapa en mi vida que conscientemente separaba la vida cristiana con la vida “no cristiana”. Me explico. Pensaba que dependiendo de la predicación del domingo mi vida debía reflejar ciertas cosas de ese mensaje durante la semana, pero me quedaba con otras áreas para mi dónde las desarrollaba bajo mi propio criterio. Sí la predicación trataba de acerca del control de la lengua, entonces procuraba esa semana poner en práctica lo aprendido; pero dejaba otras áreas para vivirlas como yo quería. Quizás procuraba el control de mi lengua, pero la ira, prejuicios, chismes o incluso inmoralidad las dejaba para mí y mi propia conciencia. En fin, solía decir “como no predicaron de eso, no me toca obedecerlo”.

Muchas veces vivimos de esta manera en nuestra vida cristiana. Lo primero que debemos comprender es que, en los hijos de Dios, no hay una “vida cristiana” y una “no cristiana”. Hemos sido comprados por sangre de Aquel que nos ha salvado de la condenación (1 Corintios 6:20) y ahora ya nuestra vida no pertenece a nosotros sino a el verdadero Dueño, Jesús. Ahora nuestro corazón es para Él en su totalidad.

Vivir con esto en mente me ha ayudado a ser consciente que cada segundo de mi vida es por él y para él. El estar consciente de que muy de temprano él ya está esperando tener ese tiempo íntimo de Padre e hijo/hija trae un animo a nuestra alma como hijos dependientes de su poder y ayuda. Esta forma de vida dependiente de Dios es desde el amanecer hasta el anochecer.

Esta mentalidad se desarrolla en la constancia de practicar lo que muchos llaman “andar en la presencia de Dios”. Estar consciente de que él está a nuestro lado desde la mañana, durante el día y hasta la hora de dormir. Esto te ayudara a practicar de una forma más efectiva la obediencia a la Palabra de Dios. Saber que Dios está ahí para ti en cualquier momento del día para tu auxilio y apoyo.

Ya no vivas pensando que puedes dividir tu vida en secciones. Es hora de vivir completa y totalmente para Aquel que nos compró por medio de su sangre preciosa.

miércoles, 10 de julio de 2019

Su justicia me da confianza para seguir


Señor, tú eres justo, y tus juicios son rectos. Justos son los estatutos que has ordenado, y muy dignos de confianza. Mi celo me consume, porque mis adversarios pasan por alto tus palabras. Tus promesas han superado muchas pruebas, por eso tu siervo las ama. Insignificante y menospreciable como soy no me olvido de tus preceptos. Tu justicia es siempre justa; tu ley es la verdad. He caído en la angustia y la aflicción, pero tus mandamientos son mi regocijo. Tus estatutos son siempre justos; dame entendimiento para poder vivir.
Salmos 119:137-144 (NVI)

Su justicia me da confianza para seguir. Ptr Víctor López.

Por dónde busques, Dios es bueno. Su palabra lo afirma, todo lo que Él hace, está fundamentado en su carácter de total justicia. Como dice Matthew Henry: “Dios nunca hizo, y nunca puede hacer, mal a nadie”.

Sí su carácter es, totalmente justo, su propia ley desprende su justicia en cada mandamiento. Es momento de que tú y yo vivamos con eso en mente. Esto es una puerta abierta para que empecemos a vivir en confianza. Es decir, vivir por fe, sabiendo que todo lo que Dios nos manda hacer es bueno, aunque nuestra mente a veces no comprenda lo que esta pasando alrededor. 

Cuando obedeces más y más cada mandamiento de la Ley de Dios, tu carácter comienza a transformarse a esa perfección que Dios esta trabajando en ti. Que seas cada día más como Jesús y menos como tú es la meta.

Un carácter que se asemeja al de Cristo tiene hambre por la Palabra (Juan 4:34), y esto es verla activa en tu vida y en la de los demás. Pero cuando no ves que pasa eso, el celo santo por la Palabra siendo descuidad te empuja a hacer lo posible por verla en la vida de otros. Cuando tus hijos no andan en el camino de Dios, un celo por ver de nuevo la obediencia en ellos sale de ti. Cuando tus amigos dejan de practicar los mandamientos de Dios, el Espíritu Santo te mueve a animarnos nuevamente. Y esto es porque tú has de experimentar la justicia de Dios en tu propia vida, animándote a querer ver esa justicia en la vida de los demás. Considera esto: Dios ha sido tan bueno conmigo que sería yo el injusto al no querer ver esa bondad en la vida de mi prójimo.

Llegar a ese punto de confianza no se da de la noche a la mañana. Cada prueba que se te presenta es para que sea pasada a través de la obediencia a la Palabra de Dios. Que también tú puedas decir “tus promesas han superado muchas pruebas”, y así vivir confiando de Su justicia.