Considera mi aflicción, y líbrame, pues no me he olvidado
de tu ley. Defiende mi causa, rescátame; dame vida conforme a tu promesa. La
salvación está lejos de los impíos, porque ellos no buscan tus decretos. Grande
es, Señor, tu compasión; dame vida conforme a tus juicios. Muchos son mis
adversarios y mis perseguidores, pero yo no me aparto de tus estatutos. Miro a
esos renegados y me dan náuseas, porque no cumplen tus palabras. Mira, Señor,
cuánto amo tus preceptos; conforme a tu gran amor, dame vida. La suma de tus
palabras es la verdad; tus rectos juicios permanecen para siempre.
Salmos 119:153-160 (NVI)
Perseverar
en la verdad de su Palabra. Ptr Víctor López.
Una
de las características de Dios es su veracidad. Él en sí personifica perfectamente
a la verdad. Por ello, Su palabra no puede mentir. No hay hombre o mujer en la
tierra que no ocupe de la verdad, dependiendo de la guía y ayuda que esta
siempre da.
Mientras
más te sostengas a la palabra de Dios, como tu regla y apoyo, más seguridad
tendrás en libertad. Cristo es el abogado de su pueblo, él es el redentor. La
obra de Jesús da nueva vida por su Espíritu y su gracia, aun cuando estábamos muertos
en delitos y pecados, la verdad de su palabra nos reavivo junto a Él. Esto es
la gran obra redentora de Jesús, y proveyendo de Su palabra es digna de
confianza.
Al
entrar en la comunión en la verdad de Dios, nuestra identidad como hijos de
Dios nos aparta de la comunión con el mundo y su manera de pensar y actuar.
Jesús bien dijo que ya no somos de este mundo en el momento en que recibimos su
Palabra (Juan 17:14-17). A pesar de no ser de este mundo, seguimos en la
convivencia y la única forma de perseverar en santidad, es a través de la Palabra
de Dios.
Esta
obediencia complace a Dios, y a nosotros, únicamente cuando proviene de un genuino
amor por él. Todo aquel que recibe, en cualquier edad, la palabra de Dios con
fe y amor encontrará que es fiel todo lo que dice en ella. Anímate a perseverar
en la verdad de Su Palabra.